Estrategia europea sobre sustancias químicas

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La Comisión Europea ha elaborado un Libro Blanco que establece un nuevo marco para la futura política en materia de sustancias químicas para proteger la salud humana y el medio ambiente.

Con la nueva estrategia, la UE pretende crear un sistema único de registro, evaluación y autorización de sustancias químicas, tanto para las existentes como las nuevas, y alcanzar soluciones globales que garanticen la conciliación de los intereses sociales, medioambientales y económicos.

La puesta en marcha de la estrategia es un reto aunque también una oportunidad para adaptar al nuevo escenario de sostenibilidad el conocimiento, la investigación y las empresas productoras y usuarias de sustancias químicas.

Antecedentes

Según argumenta el propio Libro Blanco: «Hay un desconocimiento general de las propiedades y usos de las sustancias existentes. El proceso de evaluación de riesgo es lento, requiere numerosos recursos e impide que el sistema funcione de forma eficaz y rentable.

La asignación de responsabilidades es inadecuada, pues la evaluación compete a las autoridades en lugar de las empresas, que son las que producen, importan y utilizan las sustancias. Además de ello, la legislación vigente sólo exige información a los productores e importadores de sustancias, pero no a los usuarios posteriores en la cadena (usuarios industriales y formuladores). Así pues, resulta difícil obtener información sobre la utilización de sustancias y los datos relativos a la exposición derivada de los usos posteriores en la cadena suelen ser escasos».

Elementos principales de la estrategia

  1. Protección de la salud y promoción de un medio ambiente sin tóxicos
    Unifica los sistemas de información, registro y evaluación de todas las sustancias en uno sólo denominado REACH (Registro, Evaluación y Autorización de sustancias químicas) para el año 2018.

    Se establece un sistema de adaptación progresivo dando prioridad a las sustancias de mayor riesgo físico, químico, toxicológico y ecotoxicológico.

    Se traslada la responsabilidad de generar la información sobre riesgos de las autoridades a los fabricantes e importadores.

    Los usuarios industriales, formuladores e importadores están obligados a evaluar sus productos durante la parte del ciclo de vida que les afecta, incluida la gestión de los residuos.

    Las sustancias de mayor riesgo recibirán autorización para su uso si demuestran que ese uso específico no conlleva riesgos o que su uso es aceptable considerando que no existen alternativas más seguras, los beneficios socio-económicos son más importantes y se minimizan los riesgos para consumidores, trabajadores, la sociedad y el medio ambiente.

    Se incentivará la sustitución de las sustancias peligrosas cuando existan alternativas.
     
  2. Mantener e incrementar la competitividad de la industria química
    Se estimulará la innovación y el desarrollo de mejores sustancias químicas.

    Se establece un calendario para el REACH realista teniendo en cuenta la implicación de recursos.
     
  3. Aumentar la transparencia
    Todo ciudadano tendrá libre acceso a toda información relativa a las sustancias para que pueda tomar decisiones informadas y presionar para el desarrollo de sustitutos más seguros.
     
  4. Integración con aspectos internacionales
    El Libro Blanco contribuirá a los programas internacionales de sustancias químicas existentes para armonizar la información y garantizar usos más seguros a escala global.

    Los importadores de sustancias y productos químicos también estarán obligados a realizar los ensayos y evaluaciones para evitar distorsiones del mercado global y proteger la competitividad del mercado de la UE.

    Se reconocerán los resultados obtenidos por programas similares existentes en otros países (EE.UU., Canadá) para no duplicar esfuerzos.

    Se mantendrá la coherencia con Convenciones internacionales como OSPAR, que establece la prevención y eliminación de la contaminación marina, o del Convenio de contaminantes orgánicos persistentes.

Los requisitos de información exigidos en la UE garantizarán la mayoría de los productos que importan los países en desarrollo hayan sido evaluados, minimizando los riesgos también fuera de la UE.

Comentarios generales

Dada la situación de la que partimos, la valoración que hacemos del Libro Blanco es muy positiva por las oportunidades que representa para incrementar la información, la participación y la prevención de los riesgos asociados a la fabricación y manipulación de sustancias tóxicas. Se integran los principios de sustitución y de precaución cuya aplicación se vienen reclamando en el ámbito de la salud laboral durante décadas para impedir que se siga experimentando con la salud de los trabajadores y trabajadoras. La estrategia ofrece a su vez un impulso importante a la ID a través del desarrollo de ensayos, validación de técnicas, metodologías y datos, evaluaciones de riesgo, etc. que supondrá una inyección para el empleo y la competitividad en muchos sectores profesionales.

Por todo ello, somos conscientes que el Libro Blanco de forma general va a beneficiar el trabajo que hacemos los sindicatos tanto en la demanda de un espacio cada vez mayor de participación dentro y fuera de las empresas como en la defensa de la salud de los más de 60 millones de trabajadores y trabajadoras potencialmente expuestos al riesgo químico y de unas empresas respetuosas con el medioambiente.

Otra documentación

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